Según un estudio realizado por Steelcase, el 90% de las personas entienden que colaborar es esencial para que surjan nuevas y mejores ideas. Los directivos lo tienen todavía más claro con un potente 93%.
Optimizar el trabajo en equipo convirtiendo los espacios de trabajo en lugares donde vivir experiencias es el objetivo.
Pero, ¿Cómo?
Independientemente de cual sea su enfoque particular, actualmente todos los equipos de trabajo tienen una enorme presión para resolver problemas complejos y hacerlo más rápido.
Los trabajadores viven un interminable intercambio de información e ideas, activando el aprendizaje entre iguales y fomentando la curiosidad y la conexión con clientes. Trabajando en ciclos rápidos, son interdependientes y sus proyectos son fluidos.
Esta interdependencia y este ritmo tiene que estar avalado y apoyado por los espacios de trabajo que tienen que favorecer la experiencia colaborativa.
La experiencia de sentirse “en casa” en el trabajo
En medio de la vorágine que supone ese intenso estilo de trabajo en equipo, los expertos en diseños de este tipo de espacios de trabajo se dieron cuenta de que la mayoría de los espacios eran para equipos.
El problema es que la mayoría de las oficinas están diseñadas predominantemente para apoyar
trabajo individual y un proceso lineal. Es decir, se asigna el espacio normalmente por persona, en lugar de por equipo. Y casi siempre está organizado por departamentos, frente al trabajo de proyectos multifuncionales.
Lo que funciona es ofrecer a los trabajadores dentro del espacio de trabajo su propia “casa” donde ellos puedan de alguna forma “convivir”. Esto es fundamental para crear cohesión en el equipo.
Los equipos necesitan ser capaces de socializar y compartir sus ideas con los demás y hacer su trabajo tangible y visible.
Además deben de poder pasar fácilmente entre las tareas individuales y las de grupo.
Para conseguir esto son fundamentales elementos móviles para separar espacios y establecer fácilmente distintas configuraciones de espacios de trabajo.
La experiencia de sentirse “en privado” en el trabajo
Los resultados del estudio de Steelcase confirmaron también que parte del personal tiene verdaderos problemas para conseguir cierta privacidad, es un problema constante de los espacios de trabajo abiertos.
Este problema se ha agravado por el ritmo y el nivel de actividad dentro del equipo. Los trabajadores necesitan lugares para la reflexión y concentrarse dentro del plano de planta abierto y los equipos necesitan controlar su privacidad visual y acústica para mitigar las distracciones.
Cuando el personal percibe que no tienen el control en el trabajo intentan encontrar la manera de amoldar su trabajo individual con las exigencias del trabajo en equipo.
Al final el problema es que mayoría la mayoría de las oficinas se siguen diseñado para el trabajo convencional y no fomentan el flujo de trabajo, las actividades y comportamientos necesarios para que surja el pensamiento innovador y la agilización de proyectos interdisciplinares.
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Seguramente la realidad de los espacios de trabajo de las empresa está obsoleta. Mientras que los equipos de procesos y actividades ha cambiado bastante, los espacios no lo han hecho.
Hoy en día el trabajo está más estructurado en matrices y se realiza a través de redes y relaciones. Los empleados que antes trabajaban en distintos “universos” deben unirse en equipos interdependientes y fluidos.
Los espacios que mejor soportan este tipo de trabajo están diseñados específicamente para los equipos, a la vez que contemplan también las necesidades de todos aquellos individuos que componen el equipo.
