Los espacios de trabajo flexibles están en alza, su reciente crecimiento ha sido notable. En el año 2017 en Europa la cifra total de este tipo de espacios se incrementó en un 29%, alcanzando un máximo histórico que supone aproximadamente 625.000 metros cuadrados de superficie.
En estos espacios flexibles el funcionamiento es muy diferente del modelo más tradicional de oficina con servicios, se comparten diversas instalaciones como mobiliario, impresoras, teléfonos y soporte técnico y operativo. Además se comparten costes como los de la propiedad, internet y otros suministros.
El alquiler de espacio suele resultar bastante inferior al alquiler de una oficina regular. De ahí su atractivo. Esta forma de ocupar espacio es muy interesante para aquellas empresas que desean flexibilidad, como pequeñas empresas de rápido crecimiento, trabajadores autónomos, empresas de tecnología y medios de comunicación.
Las previsiones para el futuro vaticinan un crecimiento de más del 25% anual en Europa, sobre todo por el interés creciente en el modelo híbrido que mezcla oficinas privadas con espacios de uso compartido. Ciudades como Madrid y Barcelona tendrán una incremento aún mayor en cuanto a los espacios flexibles alcanzando estas en 2021 al 2023 el 5% de la cifra total de oficinas.
Espacios híbridos como respuesta
El coworking y los espacios flexibles surgieron en los años 80 para dar respuesta a las necesidades particulares de emprendedores y pequeñas startups que buscaban ambientes de trabajo que impulsan dinámicas de colaboración e innovación. Londres, Ámsterdam, Dublín, Berlín y Copenhague fueron las primeras ciudades en dar entrada a estos espacios flexibles.
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Sin embargo, hoy en día, muchas empresas que eligen espacios de trabajo flexibles están valorando como puede adaptarse estos espacios a su empresa sin ver perjudicada su seguridad y confidencialidad.
En este entorno entran en juego los espacios híbridos como una respuesta a los que quieren combinar la cultura de un espacio compartido con proteger su privacidad, sobre todo empresas tecnológicas en las que es relativamente fácil circular información sensible. Estos espacios mixtos colaborativos y privados están creciendo llegando casi a triplicar su presencia en Madrid y Barcelona en 2017.
Futuro del espacio flexible
En 2022 el mercado inmobiliario mundial contará con más de 30.000 ubicaciones destinadas a espacios flexibles de trabajo y con más de cinco millones de usuarios utilizando estos espacios.
Es evidente que el futuro depende en gran medida de que los proveedores de estos espacios sean capaces de entender las necesidades de sus usuarios. Temas como la optimización de los espacios de trabajo en cuanto a ahorro energético, aprovechamiento de luz natural y zonas de ocio.
Además es importante que los espacios flexibles se planteen siguiendo las pautas que ofrecen la respuestas de los usuarios a las siguientes preguntas; ¿Qué necesita el usuario de estos espacios? ¿Qué elementos son imprescindibles para optimizar sus espacios de trabajo?
Los usuarios de los espacios de trabajo modernos están cambiando, a medida que los autónomos y start ups se convierten en una parte más importante del panorama laboral. Con los nuevos tipos de clientes llegan nuevas necesidades, y las empresas, tanto grandes como pequeñas, deben encontrar formas de acomodar, en espacios de trabajo adecuados, a una fuerza laboral diversa y, en algunos casos, desconectada.
Con el crecimiento de flexibilidad y la capacidad de elección como prioridades en el entorno laboral, seguirán aumentando las necesidades de espacios flexibles para trabajar de acuerdo a esos valores.